
Como parte de nuestras acciones comunitarias para promover el autocuidado y el bienestar emocional, realizamos tres charlas de sensibilización en distintos espacios del municipio: el Jardín de Niños 24 de Febrero, el Centro Comunitario Valle de la Esperanza y Ágape. En total, se atendió a 44 mujeres de entre 16 y 66 años.
Estas charlas tuvieron como propósito reconocer los recursos que la naturaleza ofrece como una alternativa accesible para el bienestar. Iniciamos con un diálogo colectivo que permitió identificar cómo muchas de las experiencias placenteras están ligadas a las sensaciones y al contacto con la Tierra, continuando con una meditación guiada acompañada de aromaterapia.
El encuentro buscó evocar momentos de calma y alegría, especialmente significativos para mujeres que, al asumir responsabilidades de cuidado, suelen dejar en segundo plano sus propias necesidades.
Durante el espacio, se reflexionó sobre la importancia de detenerse, observar el cuerpo y reconocer las sensaciones de tensión o malestar, abriendo la posibilidad de atenderlas desde la conciencia y la presencia.
A través de estos espacios, invitamos a las participantes a reconectarse con su bienestar y fortalecer el autocuidado mediante los círculos de encuentro, promoviendo una relación más armoniosa consigo mismas y con su entorno natural.
Como parte de nuestras acciones comunitarias para promover el autocuidado y el bienestar emocional, realizamos tres charlas de sensibilización en distintos espacios del municipio: el Jardín de Niños 24 de Febrero, el Centro Comunitario Valle de la Esperanza y Ágape. En total, se atendió a 44 mujeres de entre 16 y 66 años.
Estas charlas tuvieron como propósito reconocer los recursos que la naturaleza ofrece como una alternativa accesible para el bienestar. Iniciamos con un diálogo colectivo que permitió identificar cómo muchas de las experiencias placenteras están ligadas a las sensaciones y al contacto con la Tierra, continuando con una meditación guiada acompañada de aromaterapia.
El encuentro buscó evocar momentos de calma y alegría, especialmente significativos para mujeres que, al asumir responsabilidades de cuidado, suelen dejar en segundo plano sus propias necesidades.
Durante el espacio, se reflexionó sobre la importancia de detenerse, observar el cuerpo y reconocer las sensaciones de tensión o malestar, abriendo la posibilidad de atenderlas desde la conciencia y la presencia.
A través de estos espacios, invitamos a las participantes a reconectarse con su bienestar y fortalecer el autocuidado mediante los círculos de encuentro, promoviendo una relación más armoniosa consigo mismas y con su entorno natural.


