Círculo de encuentro para el autocuidado corporal

El círculo de autocuidado corporal reunió a siete mujeres cuidadoras en la Casa Comunitaria para el Buenvivir durante tres sesiones que integraron información práctica, diálogo abierto, dinámicas participativas y degustación de alimentos saludables, con el propósito de fortalecer hábitos de alimentación más conscientes, accesibles y sostenibles para ellas y sus familias.
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Se realizaron 3 sesiones consecutivas, combinando información práctica, diálogo abierto, dinámicas participativas, reflexión colectiva y degustación de alimentos saludables en la Casa Comunitaria para el Buenvivir, en las que asistieron 7 mujeres cuidadoras. El objetivo del círculo fue fortalecer el autocuidado corporal de las mujeres cuidadoras mediante prácticas de alimentación más conscientes, accesibles y saludables; promoviendo cambios pequeños pero sostenibles en beneficio de ellas y de sus familias.

Sesión 1 – El agua, la rutina alimentaria y la realidad del

La mayoría reconoció que, aunque saben los daños del refresco, aún luchan por disminuirlo. Otras familias han logrado reducirlo a un día por semana o sustituirlo por aguas frescas. Coincidieron en que el cambio debe empezar desde la niñez y en casa.

Se identificaron:

  • Desayunos: entre 7 y 10 a.m. (café, huevos, frijoles, jugos, tacos “del lonche”, yogurt con fruta).
  • Comida: entre 12 y 5 p.m. (sopa, verduras, pollo, carne, tortitas de papa, lentejas, arroz, picadillo).
  • Cena: tacos de queso o frijoles, huevo, fruta o nada para evitar malestar nocturno.

Entre las coincidencias principales se encuentra un alto consumo de café, sopas y carnes de pollo/res.

Se habló del desafío de “batallar” menos: algunas personas no preparan agua fresca por comodidad y prefieren comprar refresco. También surgió la práctica de moler ingredientes para que niñas/os no separen la comida, conducta que reconocen puede venir de las propias cuidadoras.

Se reflexionó sobre síntomas de deshidratación y se compartieron experiencias sobre cómo cambiar hábitos familiares requiere compromiso colectivo.

Sesión 2 – Intoxicación, detox y plantas depurativas

Se abrió conversación sobre nutrientes y una participante con hipotiroidismo compartió cómo ha debido aprender a comer mejor. Otras relataron cómo balancean sus platillos moliendo ingredientes o usando especias naturales.

Surgió un punto clave: cada cuerpo es diferente. Lo que funciona para una persona no funciona igual para otra. Se animó a consultar a profesionales de la nutrición.

El grupo relató experiencias cercanas:

  • Personas con daño renal por consumir exclusivamente productos
  • La percepción de que “mata a la gente” cuando sustituye comida real.

Se aclaró que el riesgo está en el uso excesivo y en reemplazar alimentos reales.

El diálogo final giró en torno al consumo excesivo de picante industrial y sodio en generaciones más jóvenes.

Sesión 3 – Verduras, sodio y alternativas naturales

Las participantes mencionaron:

  • Comprar verduras una o dos veces por semana.
  • Desinfectarlas y precocerlas para tenerlas listas.
  • Procurar no desperdiciarlas.

Surgió la comparación con prácticas actuales donde ya “todo se vende preparado”, lo que refleja cambios generacionales.

Al hablar de cubos o polvos de caldo, solo una mujer reconoció usarlos por dificultad para cocinar arroz. El grupo compartió consejos prácticos para cocinar sin ellos y alternativas naturales como caldos caseros y especias.

Conclusiones

Tras las tres sesiones, se observó:

Fortalezas del grupo

  • Alta participación y apertura para compartir experiencias personales.
  • Consciencia clara de la importancia del agua en su vida cotidiana.
  • Deseo genuino de mejorar hábitos para beneficio propio y de sus familias.
  • Capacidad de análisis y reflexión crítica frente a mitos alimenticios y productos comerciales.

Aprendizajes clave

  • Reconocimiento de sus rutinas alimentarias y áreas de oportunidad.
  • Comprensión accesible sobre qué es la intoxicación corporal y cómo prevenirla.
  • Identificación de riesgos del consumo excesivo de sodio, refrescos y productos “milagro”.
  • Valoración de las verduras, plantas depurativas y alternativas naturales.

Impacto emocional y comunitario

  • Se generó un espacio seguro, cercano y sin juicios.
  • Las mujeres se sintieron escuchadas y acompañadas.
  • El círculo reforzó el sentido de comunidad y el aprendizaje colectivo.

Sesión 5 Cierre

El círculo dejó aprendizajes prácticos y emocionalmente significativos. Las mujeres concluyeron motivadas, agradecidas y con herramientas sencillas para iniciar cambios reales en su alimentación diaria

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