Con el fin de implementar el Programa de Interacción Comunitaria Retoños en el plantel con mayores necesidades y mayor disposición a colaborar, se realizó un proceso de entrevistas institucionales con cuatro escuelas primarias. Para ello se utilizó un instrumento que evaluó cinco indicadores clave:
- Identificación de problemáticas en el alumnado.
- Participación de madres y cuidadoras.
- Necesidades de apoyo externo.
- Dificultades o resistencias detectadas.
- Interés en colaborar con la organización.
La Escuela Primaria Estatal Fray Servando Teresa de Mier obtuvo el puntaje más alto (10 puntos), al presentar un perfil alineado con los objetivos del programa:
- Identificación de conflictos entre pares
- Necesidad de atención emocional para el alumnado.
- Cercanía con las familias del alumnado y conocimientos de sus problemáticas
- Participación parcial pero creciente de madres y abuelas.
- Clara disposición del equipo directivo para vincularse, colaborar y recibir apoyo externo.
Este diagnóstico permitió seleccionar un plantel donde el acompañamiento pudiera generar un impacto real, inmediato y significativo, especialmente en los grupos más pequeños, quienes viven un momento formativo determinante en su desarrollo socioemocional.
2. Desarrollo de las sesiones con 61 niñas y niños
Se trabajó con los dos grupos de primero de primaria, realizando sesiones diseñadas para fortalecer el reconocimiento emocional, la regulación, la convivencia respetuosa y el desarrollo de vínculos seguros.
Desde el inicio, las niñas y niños mostraron:
- Curiosidad, apertura y entusiasmo,
- Necesidad de contacto afectivo y guía,
- Deseo de participar activamente en dinámicas lúdicas,
- Iniciativas para conversar sobre su mundo, emociones y experiencias.
Las actividades incluyeron juegos colaborativos, ejercicios de respiración y calma, dinámicas de movimiento, conversación guiada, identificación de emociones y acuerdos de convivencia.
Ambiente emocional observado
A lo largo de las sesiones, se apreciaron:
- Expresiones de afecto espontáneo.
- Búsqueda de contención y escucha.
- Confianza creciente en participar y compartir.
- Momentos de reflexión en donde los niños comenzaban a conectar lo que sienten con lo que necesitan.
Estos comportamientos reflejan tanto la vulnerabilidad como el enorme potencial de resiliencia que tienen cuando se les ofrece un espacio seguro, cálido y estructurado.
3. Resultados principales
Tras las sesiones, se identificaron avances significativos en cuatro áreas:
a) Reconocimiento y regulación emocional
- Mayor capacidad para nombrar emociones y decir cómo se sienten.
- Uso espontáneo de herramientas básicas de calma (respirar, pedir ayuda, hacer pausa).
- Más disposición a evitar respuestas impulsivas o agresivas.
b) Mejora en la convivencia
- Incremento en comportamientos colaborativos.
- Lenguaje más respetuoso durante las actividades grupales.
- Identificación creciente entre lo que lastima y lo que ayuda a construir relaciones.
c) Creación de vínculos seguros
- Las y los alumnos esperaban las sesiones con alegría y anticipación.
- Se fortaleció la confianza con el equipo facilitador.
- Docentes reportaron un ambiente más tranquilo y atento en los grupos.
d) Identificación de necesidades prioritarias
El proceso evidenció tres áreas esenciales para continuar:
- Espacios permanentes para fortalecer la expresión emocional en la infancia.
- Acompañamiento a la escuela para consolidar prácticas de disciplina positiva.
- Procesos formativos para madres y cuidadoras que ayuden a fortalecer la crianza sensible y la participación escolar.
4. Conclusiones
La implementación del programa en la Escuela Primaria Fray Servando Teresa de Mier reafirma que:
- La selección del plantel se basó en necesidades reales y criterios claros.
- Las sesiones respondieron a problemáticas presentes y urgentes en la niñez.
- La infancia encuentra alivio y herramientas cuando se le brinda un entorno seguro y afectivo.
- Existe un terreno fértil para continuar trabajando en conjunto con la escuela, fortaleciendo capacidades socioemocionales tanto en el alumnado como en las familias.
Lo vivido con estas 61 niñas y niños recuerda la importancia de invertir en entornos escolares que cuidan, que escuchan, que enseñan con ternura y que permiten que la niñez reconozca su valía y su voz.
Este es el inicio de un camino de colaboración que puede transformar no solo el ambiente escolar, sino también las experiencias diarias de las familias y la comunidad.
El Programa de Interacción Comunitaria Retoños inició en la Escuela Primaria Fray Servando Teresa de Mier tras un proceso de selección institucional que evaluó necesidades, participación familiar y disposición a colaborar, identificando en este plantel el mayor potencial de impacto. Con 61 niñas y niños de primero de primaria se realizaron sesiones orientadas al reconocimiento y la regulación emocional, la convivencia respetuosa y la creación de vínculos seguros, donde el alumnado mostró curiosidad, apertura y un fuerte deseo de participar.