El cuidado es mutuo: Infancias que aprenden a cuidar y ser cuidados
Las jornadas realizadas en los Centros Comunitarios La Alianza, Eulalio Villarreal y Sector Q tuvieron como objetivo fortalecer en niñas y niños la cooperación, la confianza y la validación emocional a través de actividades sensoriales, lúdicas y de trabajo colaborativo. Participaron 257 niñas y niños de entre 5 y 15 años.
El diseño de las sesiones favoreció la construcción gradual de confianza, la exploración sensorial y la comprensión del cuidado mutuo, adaptándose a los distintos contextos y necesidades de cada comunidad.
Principales Logros
- Profesionalismo y capacidad de adaptación del equipo facilitador
Los equipos llegaron anticipadamente, resolvieron imprevistos, ajustaron dinámicas según el nivel de energía del grupo y mantuvieron contención emocional ante incidentes o frustraciones. - Incremento progresivo de participación y confianza
Aunque varios grupos iniciaron con timidez o dispersión, las niñas y niños aumentaron su involucramiento, interactuaron con espontaneidad y mostraron entusiasmo en juegos de movimiento, equilibrio y cooperación. - Fomento de habilidades socioemocionales y sensoriales
Actividades como Siguiendo los sonidos, Ayuda a tus amigos y Conectando los sentidos impulsaron concentración, regulación emocional, identificación de estímulos, empatía y colaboración entre pares. - Cooperación, creatividad y resolución de problemas
Los juegos colaborativos estimularon que niñas y niños encontraran soluciones propias, ayudaran a sus compañeros y generaran estrategias creativas para superar retos físicos y emocionales. - Acompañamiento emocional efectivo
Los facilitadores brindaron contención en momentos de llanto, frustración o duelo. Compañeros y compañeras respondieron con apoyo, fortaleciendo vínculos y sentido de comunidad. - Expresión creativa y apropiación del aprendizaje
El mural final fue exitoso en todos los centros, permitiendo a las y los participantes representar aprendizajes, emociones y logros de manera espontánea y significativa. - Clima final de integración y convivencia
Las actividades de cierre reforzaron la confianza, la participación de todos y la construcción de un ambiente seguro y colaborativo.
Principales Retos
- Atención dispersa, diferencias de energía y dificultad para mantener el enfoque grupal
Las variaciones entre edades, niveles de energía y ritmos individuales complicaron el seguimiento de instrucciones y exigieron ajustes continuos, especialmente en actividades sensoriales. - Conductas disruptivas y juego rudo
En varios momentos se presentaron luchitas, acaparamiento, golpes accidentales y caos en juegos de globos, lo que obligó a pausar dinámicas para restablecer acuerdos de convivencia y seguridad. - Diferencias de participación por género y necesidad de dividir grupos
En algunos centros fue necesario separar a niños y niñas para gestionar energía y conductas, lo que evidencia la necesidad de estrategias mixtas para mantener cohesión y seguridad. - Manejo continuo de conflictos y contención emocional
Se presentaron casos de llanto, desacuerdos y quejas, requiriendo acompañamiento cercano y constante por parte del equipo.
Conclusión
Las jornadas demostraron que, con acompañamiento sensible y actividades estructuradas, las niñas y niños pueden fortalecer habilidades socioemocionales, desarrollar confianza y comprender la importancia del cuidado mutuo.
A pesar de los retos en atención, manejo de energía y conflictos interpersonales, los logros obtenidos confirman que la metodología implementada es efectiva, especialmente cuando existe flexibilidad, contención emocional y claridad en el manejo del grupo.
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